Por Olga Beatriz Gutiérrez, Comunicadora Social, directora del IDPAC
Las reivindicación de los derechos de la mujer ha sido un proceso lenton que en Colombia comenzó con el plebiscito de 1957 y se cristalizó en el 91.
Hace 20 años Colombia se encaminó hacia un nuevo orden constitucional que pretendió reformar de forma radical un caduco orden tradicional. Ha sido un proceso lento y complejo, que a medida del tiempo ha producido importantes transformaciones.
La Carta, junto a los nuevos espacios de participación ciudadana, incorporó la inclusión de las mujeres en la política y en la toma de decisiones, oponiéndose a un hecho bastante notorio en la constitución de 1886, que como anota Magdala Velásquez: “La mujer se muestra subordinada al hombre como producto de las costumbres, la cultura y la ideología postulado que no cambió durante muchos años”
La participación activa e independiente de la mujer sólo llegó después de un largo camino y de reformas a la vieja Constitución en los aspectos referentes a sus derechos, incluido el derecho a la educación, que nos permitirían adquirir capacidades intelectuales para nuestra participación activa en la sociedad y la democracia, pero esto sólo se rompió de forma institucional al superarse el estrecho marco de la llamada democracia representativa, avanzando al definir el Estado como una democracia participativa, que faculta la participación de todos y todas en las decisiones que las y los afectan, en la vida económica, política, administrativa y cultural de la Nación, en la búsqueda material de una democracia integral.
Un poco de historia
Hay que recordar que el derecho de la mujer colombiana a participar en la democracia representativa a través del sufragio es relativamente reciente. Sólo en 1957, con el plebiscito, se nos concedió este derecho, siendo Colombia uno de los últimos países latinoamericanos en lograrlo. No obstante, históricamente la participación política de la mujer en Colombia no aparece en forma clara pero siempre ha estado latente. Desde la colonia, las mujeres hemos participado y acompañado los procesos políticos especialmente durante las guerras, demostrando así nuestro interés por ser escuchadas y tenidas en cuenta como parte de una sociedad.
La sociedad colombiana, a través del tiempo, permaneció dividida entre las actividades propias de los hombres y las que corresponden a las mujeres. En esta división, el poder siempre fue más asequible para el hombre en todas las esferas: social, económica, política y familiar. De este modo, se opacó generalmente la función de las mujeres. La mujeres estuvimos representadas por los hombres; primero por el padre y luego por el esposo quien ejercía, en virtud de la potestad marital, todos los derechos y obligaciones. Se nos negó culturalmente el acceso al mundo exterior, permaneciendo en la casa, lugar al cual supuestamente pertenecíamos. Nuestros derechos y libertades debían ser tutelados por otros, pues la igualdad no existía como norma en esta sociedad, que se concebía como justa al ser hecha por hombres y para hombres.
Los cambios en la participación de la mujer se dieron principalmente durante las guerras entre Europa y Estados Unidos, procesos que incidieron en Colombia a través de la industrialización, principal argumento para lograr el acceso de las mujeres al trabajo fuera del hogar y a la educación. Alrededor de 1940 la educación femenina tuvo auge Colombia. Como anota Amartya Sen “La agencia de mujeres buscaba mejorar el nivel de vida y la libertad en la toma de decisiones, lo que se lograría únicamente mediante la educación al mismo nivel que los hombres y no cursando materias diferentes según el sexo”.
El proceso de cambio de una sociedad, que deja de ver a la mujer como un receptor pasivo sin voz, ni voto, y la incorpora como agente de transformaciones sociales y políticas, ha pasado por múltiples tropiezos en una sociedad construida por hombres y para hombres. Ser considerada ciudadana por ley ha sido el resultado de un proceso largo y difícil que fue evolucionando con cada una de las reformas legislativas.
*Articulo publicado por la revista semana http://www.semana.com/nacion/participacion-mujer-constitucion/155679-3.aspx
Las reivindicación de los derechos de la mujer ha sido un proceso lenton que en Colombia comenzó con el plebiscito de 1957 y se cristalizó en el 91.
Hace 20 años Colombia se encaminó hacia un nuevo orden constitucional que pretendió reformar de forma radical un caduco orden tradicional. Ha sido un proceso lento y complejo, que a medida del tiempo ha producido importantes transformaciones.
La Carta, junto a los nuevos espacios de participación ciudadana, incorporó la inclusión de las mujeres en la política y en la toma de decisiones, oponiéndose a un hecho bastante notorio en la constitución de 1886, que como anota Magdala Velásquez: “La mujer se muestra subordinada al hombre como producto de las costumbres, la cultura y la ideología postulado que no cambió durante muchos años”
La participación activa e independiente de la mujer sólo llegó después de un largo camino y de reformas a la vieja Constitución en los aspectos referentes a sus derechos, incluido el derecho a la educación, que nos permitirían adquirir capacidades intelectuales para nuestra participación activa en la sociedad y la democracia, pero esto sólo se rompió de forma institucional al superarse el estrecho marco de la llamada democracia representativa, avanzando al definir el Estado como una democracia participativa, que faculta la participación de todos y todas en las decisiones que las y los afectan, en la vida económica, política, administrativa y cultural de la Nación, en la búsqueda material de una democracia integral.
Un poco de historia
Hay que recordar que el derecho de la mujer colombiana a participar en la democracia representativa a través del sufragio es relativamente reciente. Sólo en 1957, con el plebiscito, se nos concedió este derecho, siendo Colombia uno de los últimos países latinoamericanos en lograrlo. No obstante, históricamente la participación política de la mujer en Colombia no aparece en forma clara pero siempre ha estado latente. Desde la colonia, las mujeres hemos participado y acompañado los procesos políticos especialmente durante las guerras, demostrando así nuestro interés por ser escuchadas y tenidas en cuenta como parte de una sociedad.
La sociedad colombiana, a través del tiempo, permaneció dividida entre las actividades propias de los hombres y las que corresponden a las mujeres. En esta división, el poder siempre fue más asequible para el hombre en todas las esferas: social, económica, política y familiar. De este modo, se opacó generalmente la función de las mujeres. La mujeres estuvimos representadas por los hombres; primero por el padre y luego por el esposo quien ejercía, en virtud de la potestad marital, todos los derechos y obligaciones. Se nos negó culturalmente el acceso al mundo exterior, permaneciendo en la casa, lugar al cual supuestamente pertenecíamos. Nuestros derechos y libertades debían ser tutelados por otros, pues la igualdad no existía como norma en esta sociedad, que se concebía como justa al ser hecha por hombres y para hombres.
Los cambios en la participación de la mujer se dieron principalmente durante las guerras entre Europa y Estados Unidos, procesos que incidieron en Colombia a través de la industrialización, principal argumento para lograr el acceso de las mujeres al trabajo fuera del hogar y a la educación. Alrededor de 1940 la educación femenina tuvo auge Colombia. Como anota Amartya Sen “La agencia de mujeres buscaba mejorar el nivel de vida y la libertad en la toma de decisiones, lo que se lograría únicamente mediante la educación al mismo nivel que los hombres y no cursando materias diferentes según el sexo”.
El proceso de cambio de una sociedad, que deja de ver a la mujer como un receptor pasivo sin voz, ni voto, y la incorpora como agente de transformaciones sociales y políticas, ha pasado por múltiples tropiezos en una sociedad construida por hombres y para hombres. Ser considerada ciudadana por ley ha sido el resultado de un proceso largo y difícil que fue evolucionando con cada una de las reformas legislativas.
*Articulo publicado por la revista semana http://www.semana.com/nacion/participacion-mujer-constitucion/155679-3.aspx